El sueño más bonito

Ya se cumplía un mes que no te veía, pero allí estabas nuevamente, aún puedo sentir la nostalgia que me invadió, sabía que no era igual. Regresamos a ese entonces, como cuando era una niña, como aquellas tardes, cuando esperaba ansiosa tu regreso a casa para emprender nuestro paseo diario, y es que para ti no existía cansancio del día que impidiera nuestra salida.

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Empezamos a caminar, ahora que lo pienso, es casi el mismo barrio, con menos autos y sin el bullicio de cada tarde. Esta vez no hubo las pausas por aquellos vecinos que repetían la misma conversación de ayer, esta vez no tuve que pellizcar o hacer muecas para que tu complicidad entendiera mi impaciencia, pero aún así el camino se hizo más largo, más largo que nunca. Escucho a lo lejos salir de las casas lo que supongo era el sonido de las noticias, veo los reflejos del televisor en las ventanas, el asfalto negro y tu mirada hacía el frente… Y llegamos, nuestro lugar favorito, ese que sí cambio, que ya no existe. Pero allí estaba, como hace tantos años, y recordando, casi puedo sentir como subimos esos tres largos escalones de piedras. Como todos los días el Sr. Salaz nos esperaba, solo que hoy no dijo nada, como siempre tras aquel mostrador verde, veo la vidriera repleta en dulces, recuerdo cada estantería, la escasez de luz, éramos los únicos en el lugar. Puedo escuchar aquel ronroneo de la nevera y su vidrio nublado. Camino detrás de ti hasta el final del pasillo, directo al viejo congelador con helados, como siempre tienes que tomar mi mano para evitar que pase a través de esa cortina de esferas que, siempre llamó mi curiosidad a descubrir que había detrás.

Salimos, nos sentamos en ese escalón, recuerdo ver como comes tu helado, no cruzamos palabras ni miradas… Aún siento la paz, y la tranquilidad de la noche que ya había llegado, las tenues luces amarillas de la casa del frente, el cielo tan negro y las estrellas tan brillantes como no las he vuelto a ver. Y el silencio, y es que esta vez no hubo palabras, solo silencio, un silencio que decía todo y más. A pesar de la ausencia de palabras sentí que había disfrutado cada paso del camino como nunca antes, luego de un rato te levantaste, y caminaste, mientras yo inmóvil seguía sentada observando como te alejabas, sentía que algo no era igual, volteaste y me miraste, y sonreíste, con la misma sonrisa de aquel día, ese último día, y desperté, con las mismas lágrimas con las que escribo hoy estas palabras. Padre, de vez en cuando alguien sueña contigo, me pregunto si te volveré a ver una vez más como ellos, es que yo solo tuve esa vez hace casi diez años, creo que fue tu forma de decir adiós en ese sueño, ese sueño que nunca he podido compartir, porque el llanto se apodera de mí y no puedo decir palabra, pero entre la nostalgia cada vez que lo recuerdo algo me hace sentir increíblemente bien, porque todo fue perfecto, porque fue el mejor de los sueños… el sueño más bonito.

Supongo que hay dolores que toman más tiempo en curarse o tal vez nunca se curan, en este momento no lo sé. Hay palabras que a veces los labios no logran decir, así que porque no hacerlo con las manos.

Como he dicho varias veces, en muchas ocasiones en esta comunidad he encontrado las palabras que he necesitado, dos entradas me motivaron a vaciarme hoy, era algo que traía atragantado desde hace muchos años y vaya que se siente bien compartirlo.

Gracias, Fernando Palacios

…escribir se convierte en el regreso a ese lugar abandonado, a esa ciudad desierta que hay en mi interior, mil veces inundada y devastada…

La lluvia tras los ojos

Y gracias, Pippo

Si escribo,
es porque lo necesito.
Para poder crear,
un mundo donde las lagrimas
no son mas que los pesares
de una vida que hablar no puedo,
no porque no quiera, sino
porque la garganta muda se vuelve
y la mano se ofrece.

Si escribo

Hoy puse banditas a mi alma y se siente mucho mejor.

8 comentarios sobre “El sueño más bonito

  1. No sabes qué bonito y emocionante es servir de inspiración a los demás. No me había ocurrido antes y, ayer y hoy, me ha pasado ya en dos ocasiones. Muchas gracias por compartir tus pensamientos, escribir es siempre terapéutico.

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  2. Muy bonito sueño, Lis. Escribir es un bálsamo para el alma, ante un papel, ante una pantalla las palabras fluyen con facilidad, el dolor se derrama y en cierto modo, te libera. En esta vida mía, llena de sombras, donde los malos momentos han sido una constante, lo que en años no he podido expresar oralmente, ha salido a borbotones cuando he escrito.
    Por eso, Lis, escribe, sentirás que descargas el alma de un peso insoportable y aunque no se cure, puede que duela menos.
    Un abrazo.

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    1. Soy bastante nueva en esto, antes no me atrevía a escribir sobre cosas personales, pero ahora que lo hago, es cierto, he sentido que me he quitado un peso de encima. Muchísimas gracias por sus palabras y por leer. Un abrazo y feliz día.

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      1. Cada día te sentirás más libre escribiendo, sobre todo porque aquí no deberías tener reparo en mostrarte como eres, nuestros amigos virtuales no comparten nuestra vida diaria y no nos van a juzgar como lo harían los que tratamos día a día.
        Un abrazo.

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  3. No dejes nunca de encontrarte contigo. Escribir, es vivir; al menos una forma de vivir. Saca tus miedos y pásaselos a la protagonista de tu cuento. Recupera a los que se fueron, a través de poemas, de personajes inolvidables… y sin olvidarte de que tu ficción es la armadura de tus verdades más ocultas.
    Vivir muchas vidas y dar vida a mucha gente, es nuestra decisión, pero, vivir, por y con los demás es nuestra obligación. Vive sin miedo, aunque sea en tu momento o haciendo tuyo cualquier momento.

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