Desde que nací llevo una maleta a cuestas. Debo llevarla por siempre en el camino llamado vida. Ella iba vacía, pero fui recogiendo piedras. Por momentos sentí la maleta ligera, y pensé que se había roto y algunas piedras habían caído.
Esa situación que por momentos pensé superada, pero después de algún tiempo apareció como espina lastimándome sutilmente.
Aquello que quise hacer y mis inseguridades me lo impidieron. La carrera que me hubiera gustado estudiar. El abrazo que no di. Aquel gracias pendiente. El te odio que quisieras borrar. Las palabras que me guarde para mis padres, ex-pareja o a ese amigo. Ese amor que rechacé por aquel que no valió la pena. El te quiero que no salió por miedo.
Al parecer casi siempre son palabras.
Creo que todos llevamos esa maleta, algunas son más pesadas que otras. Me queda claro que algunas piedras podemos sacarlas de esa maleta… Pero de otras, nunca podré deshacerme. Supongo que solo me queda aligerar la carga cuando pueda, y hacer una maleta más fuerte, tal vez me toque remendarla más de una vez, será necesario para las piedras que me falten recoger en el camino.
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¡Hasta pronto!
Cada piedra es una vivencia que quedó atrás, por eso es mejor ir quitándolas, guardar en la memoria lo verdaderamente importante y lo que pasó y no quisimos que pasara borrarlo, pues lo único que hace es ocupar sitio en esa maleta y no dejar que entren nuevas experiencias.
Buena reflexión, Lis, un abrazo.
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Gracias por tu hermosa reflexión, como siempre es muy grato leerte. Un fuerte abrazo Estrella.
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Hay cosas de las cuales no podemos desligarnos, así que las piedras nos alerta a no volver a errar, cuando se haya superado alguna mala experiencia, entonces estás solas se irán. Bendiciones Lis.
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Gracias por tu acertado comentario, es mejor tomarlas como lecciones… Saludos Anydey.
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A veces saco esas piedras y las limpio con mis manos, lentamente y con cariño. Y las vuelvo a colocar en la mochila. Y mientras más lo hago, y sabiendo que lugar ocupan ahí dentro, curiosamente menos pesa la mochila.
Buena tarde 🙂
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Qué bonita reflexión, gracias por compartirla y por tu comentario. Saludos 🙂
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Hola Lis, la maleta (mochila) siempre la cargamos con o sin experiencias, recogemos errores, odios,etc, la idea es que esa mochila o maleta esté menos pesada cada día, pasados los días puedas enmendar, mejorar, aceptar errores y así podrás tener a mochila más ligera, todo depende de uno mismo para liberarnos de tales cargas pesadas! Libéralas! Besos
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Gracias por el comentario y por el consejo… Felices fiestas 😊
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Por nada Lis, felices fiestas para ti también 😘 que todo te vaya bien y la mochila ya no la llevemos cargada Jijiji besitos
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Cada piedra es una experiencia, un recuerdo, de cada uno que la carha ,va a depender aligerar o agigantar. Muy acertado tu escrito.
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Así es, de nosotros depende que hacer con esas piedras. Gracias por el comentario… Felices fiestas 😊
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Y
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El camino se hace muy cansado con las piedras que llevamos. Especialmente cuando además de las nuestras la vida nos obliga a cargar con las de otros. Pero en fin, siempre llega el momento de soltar lastre y hacer que la carga sea más ligera. Muy buen escrito. Me ha encantado.
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Gracias por la visita… Felices fiestas 😁
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